Publicado: 11/02/2009 - Actualizado: 27/01/2020
Autor: Laura G. Garmendia
Hay muchos posibles remedios para la depresión: pastillas, jarabes, terapias, tes, esencias florales, drogas… Todas estas son alternativas que, muchas veces, ayudan a levantar el ánimo y a devolver el entusiasmo.
Sin embargo, si tan solo atendemos este problema tratando de controlar los síntomas sin erradicar la causa de la depresión, los remedios servirán solamente para calmar momentáneamente este dolor emocional.
Además, si no vamos a la raíz de la depresión o de la falta de autoestima se corre el riesgo de empezar una dependencia a sustancias como drogas y alcohol o a actitudes como el ansia por la comida o el juego compulsivo (1).
Los niveles de depresión pueden ser muchos, y los síntomas se manifiestan de muchas formas: cansancio excesivo, desinterés en la vida, apatía, somnolencia, vulnerabilidad (sentirse afectado por todo o sentirse víctima de las circunstancias), incomodidad, agresividad, violencia, soledad, sentirse apartado, no amado o no aceptado, dolor (tanto físico como emocional), etcétera (2).
La depresión no es ni mala ni buena, es sólo un síntoma, una reacción a algo que esta ocurriendo dentro de la persona. Si no prestamos atención a los primeros síntomas como pudieran ser la falta de interés, cansancio frecuente, sentimiento de soledad o incomprensión, incluso anemia, etcétera, lo que tendremos a la larga será una depresión crónica, y esto puede derivar en innumerables padeicmientos más complicados de erradicar como las adicciones o las enfermedades, estás últimas como consecuencia del mensaje que frecuentemente se le envía al cuerpo de no sentirse realmente motivado y animado con el propósito o sentido de la vida.
Causas de la depresión
La raíz fundamental de la depresión crónica se alimenta de un estilo de vida donde ha existido, durante un periodo prolongado de tiempo, una sensación de encerramiento. Esto quiere decir que el individuo no se ha podido realizar, que no hace o ha logrado concretar lo que verdaderamente ama y, por tanto que la persona no se siente libre ni satisfecha de ser lo es.
El centro del problema que alimenta la depresión radica principalmente en no saber qué hacer para realizar los anhelos más hondos y sinceros del corazón. Cuando no encontramos la forma de darle libertad a nuestro entusiasmo natural por crear la vida de acuerdo a nuestras aspiraciones más elevadas, entonces podemos pasar por varias etapas.
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Una de las primeras señales a tomar en cuenta para evitar una depresión posterior, es cuando nos sentimos incómodos con un estilo de vida, es decir, cuando comenzamos a sentirnos limitados, con ganas de querer transformar o crear algo.
La incomodidad es una forma maravillosa en que algo dentro de nosotros nos invita a crecer, a explorar la vida desde nuevas alternativas y con nuevos conocimientos. Sin embargo, cuando la incomodidad no encuentra solución, cuando no se atiende o es motivo para que el individuo se sienta más victima de las circunstancias que creador de ellas, entonces la incomodidad podria derivar en rebeldía, la persona sentirá ganas de “arrancarse” de lo que la limita o no le permite ser.
Rebeldía y adicciones como resultado de la depresión
Si tengo depresión y siento que algo no me deja ser, entonces comienzo a querer alejar el motivo de mi limitación, y me rebelo. Esto significa, en el fondo, que pienso que los demás «son responsables de mi infelicidad», y así lo manifiesto. Por lo tanto, mi carácter se vuelve agresivo, violento, enfadado (3).
La rebeldía se puede manifestar de muchas formas, desde la vestimenta o apariencia física, la cual podría lucir descuidada y agresiva, como diciendo “no me importa”, hasta expresarse en un carácter ya sea agresivo (violento) o frío y distante, tomando posturas de indiferencia o rechazo como “no te hablo” o “te castigo con mi silencio».
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Las personas que más nos hacen reaccionar de estas formas son definitivamente aquellas a las cuales uno se siente más atado o limitado.
Las drogas son una de las formas de rebeldía más severas, tomando en cuenta que el dolor emocional no se ha resuelto con cierta responsabilidad, el adicto siente que todo el mundo le afecta y es responsable de su estado de infelicidad, por lo que, al no saber que hacer con su dolor, se refugia en algo que le haga adormecer o evadir este sentimiento de profunda inconformidad y soledad. Las drogas son medios eficaces y rápidos para evadir este dolor profundo.
Sigue en la SEGUNDA PARTE del artículo sobre la depresión: https://www.salud-natural.com/depresion-rebeldia-resignacion-y-soledad/
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 27/01/2020
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