Publicado: 11/02/2009 - Actualizado: 27/01/2020
Autor: Laura G. Garmendia
Las adicciones a las drogas o a otras actitudes, como la adicción al juego (ludopatía), a la comida, al alcohol, etc. son formas de rebelarse ante la no realización de la persona y, muchas veces, consecuencias de una depresión oculta (1).
Llevar una alimentación descuidada, por ejemplo, es otro de los síntomas de la depresión, una de las más comunes y que puede causar muchas complicaciones futuras a nivel de la salud.
Comer “mal” puede ser una evidencia clara que habla de una persona a la que no le importa si esto le hace daño o no, porque en el fondo “le da igual”, porque en el fondo la persona no está animosa por vivir porque no tiene “ganas de estar en donde está”.
La primera parte de este artículo la puedes ver en: Depresión: rebeldía, resignación y soledad (1ª parte)
La anorexia y la bulimia, por ejemplo, son evidencias claras de un dolor emocional fuerte. Quien las padece se siente solo, confundido, deprimido, no se siente amado ni aceptado porque hay un rechazo fuerte por no poder cumplir las expectativas para ser amado y aceptado.
Además, la depresión y la falta de motivación y de autoestima aumentan las posibilidades de empeorar la dieta, sustituyendo platos caseros y sanos por otros precocinados o de peor calidad nutricional ricos en azúcares refinados y grasas saturadas que, además, influyen en la acentuación de los síntomas depresivos (2).
Resignación
La rebeldía no atendida desde este punto de vista puede derivar a la larga en resignación, lo que quiere decir que a la persona no le gusta estar donde esta pero hace un esfuerzo terrible por estar y adaptarse porque “eso es lo que le toco vivir”. Esto desgasta muchísimo a la larga, porque la persona no se esta fluyendo naturalmente con su vida, sino que hace el esfuerzo agotador por mantenerse en determinado estilo de vida, lo que con el tiempo causara frialdad y distanciamiento emocional con la vida: soledad o depresión crónica (3).
Es importante considerar todo esto y buscar libros que den conocimiento y nutran tanto a la mente como al espíritu, lecturas que ayuden a encontrar un sentido profundo a la vida. En algunos centros donde se tratan adicciones como el alcoholismo desde este punto de vista, y ponen a los adictos a encontrar un sentido de vida ayudando a otros en sus mismas circunstancias, se nota una mejoría tanto en su ánimo como en su menguante necesidad por consumir pastillas, drogas o alcohol (4).
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Ayudar a los jóvenes es muy importante, pero no les ayudaremos mucho y no podremos decirles como ser felices si nosotros no lo hemos aprendido antes. Ayudarlos en su depresión y sus estados de ánimo rebeldes no es cosa de estrategia o fórmula, se trata de ayudarles a entender la vida desde nuevos puntos de vista, y esta revaloración habría que hacerla antes con nosotros mismos. Dejar al corazón a un lado es ausentarse uno mismo de la vida, la depresión es un anuncio de volvernos más creadores y participativos de ella, ponernos en ella con todos nuestros sentidos y talentos creativos es una de las grandes misiones del ser humano.
Así que, si te sientes un tanto deprimido, voltea de vez en cuando a tu interior, busca dentro de ti algún anhelo que hayas olvidado y pon manos a la obra para realizarlo. ¿Crees que es difícil? Ese es el gran reto, desarrollar tus enormes talentos, despertar lo que no sabes, lo que está dormido en tu magnifica mente. Hay muchas ayudas que pueden servirte para equilibrar tu energía mientras realizas esto y ayudarte con tu depresión. Pero lo importante es que nunca pierdas el sentido de tu vida.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 27/01/2020
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