Chuparse el dedo: cuando el hábito llega a la adolescencia

Publicado: 15/04/2009 - Actualizado: 28/01/2020

Ver a un niño de 3, 4 o hasta 6 años chuparse el dedo quizá nos despierte algo de ternura. Sin embargo ¿qué sentimos cuando vemos a un niño de entre 8, 9 o hasta 13 o 15 años con este hábito?

Los pequeños tienen muchas formas de encauzar las emociones que sienten no pueden manejar o les causan algún tipo de conflicto, como morderse las uñas, acurrucarse con una mantita o chuparse el dedo.

Chuparse el dedo es una una de las maneras más comunes con las que los niños pequeños se relajan y sienten felicidad, por lo que, de adultos, algunos sujetos recurren inconscientemente a este hábito para sentirse bien. Según varios estudios, la succión del dedo en adultos es el intento de huir o es de intentar solucionar problemas como ansiedad, nerviosismo, aburrimiento, inseguridad, sentimientos de culpa o necesidad de atención, entre otras (1).

Perjuicios de chuparse el dedo

En realidad, chuparse el dedo no es malo en lo absoluto, simplemente es una reacción a diversas circunstancias. El problema de cualquiera de estos hábitos es que si no se erradican a tiempo estos pueden llegar a volverse nocivos de alguna u otra forma, pudieran, por ejemplo, comenzar a enchuecar los dientes, mal formar el paladar, llevarse microbios a la panza, etcétera, o causar un hábito mecánico que será más difícil de dejar conforme pasa el tiempo, el cual pudiera volverse una compañía no muy agradable cuando los pequeños empiezan a crecer y alcanzan, por ejemplo, la adolescencia.

Muchos niños suelen dejar estos hábitos conforme van madurando, sin embargo, hay a quienes les cuesta un poquito más. Si tu niño no ha logrado dejar de chuparse el dedo, has de recordar que las amenazas y negociaciones para que “deje el dedo” a cierta edad ya no funcionan, pues su dedo es, hasta cierto punto es un apoyo emocional, es como quitarle a un amigo de años.  A los pre adolescentes y adolescentes hay que tratarlos con otras formas más maduras para ayudarles a erradicar este hábito (2).

Consejos para dejar de chuparse el dedo

Aquí te damos algunos consejos para que ayudes a tu pequeño joven a que deje este hábito y no lo sustituya por otros como comer dulces, morderse las uñas o fumar o beber (hábitos que pudieran derivar de lo mismo), sino que pueda encontrar una forma de madurar aquello que lo hace sentirse intranquilo y en constante nerviosismo.. .

1. La ansiedad y el sentimiento de culpa son una de las emociones que, considero, provoca este tipo de hábitos. Hacer sentir culpable a los niños porque hicieron algo “mal” es una emoción que les causa mucha ansiedad y culpa. No encuentra refugio afuera para su comportamiento, y se refugian en ellos mismos en alguno de estos hábitos. La mejor forma de evitar esto es procurar dejar de enjuiciar las acciones de los niños-jóvenes. Es importante dejar de castigarlos, regañarlos, gritarles y amenazarles, y hacerlos que vayan pensando y reflexionando acerca de lo que hacen. Una forma práctica para hacer esto es simplemente mostrarles lo que hicieron de forma objetiva, es decir, evitando calificar lo que hicieron como algo “bueno” o “malo”, o decirles “que son tontos, abusivos, groseros, malos hijos, inmaduros, etcétera, pues ellos interpretan esto como algo malo, como algo “muy, muy malo”.

Hay que aprender a hablar con ellos de forma muy objetiva, sin opinión del padre sino simplemente describiendo lo que hacen, y ayudarles a entender lo que sienten y hacen por medio de la reflexión, no del miedo ni la imposición. Lo mejor es preguntarles: “¿Tú que piensas acerca de lo que hiciste?” “¿Cómo puedes solucionarlo?” “¿Qué crees que sintió la otra persona cuando dijiste eso?” (3).

Este tipo de preguntas y reflexiones con el adolescente le ayudarán a explorar lo que sienten y a evitar el nocivo hábito de criticarse,  juzgarse y reprobarse, los cuales se traducen en ansiedad, estrés y, entre muchas otras cosas, tener hábitos como chuparse el dedo.

2. Trata de que los jóvenes-niños estén ocupados en actividades dónde puedan expresar libremente lo que sienten. La pintura, escribir, bailar, cantar, hacer deporte, etcétera, son algunas formas en que ellos pueden aprender a centrar su atención en acciones más productivas y creativas, y desahogar lo que sienten. El arte es una forma de reflexión extraordinaria y una forma de madurar cuando está bien conducido.

3. Por último, dejar de chuparse el dedo tiene que ver más con un factor de madurez emocional que con cualquier otra cosa. Intentar forzar no sirve, es como quitarle el cigarro a la fuerza a una persona. Se requiere de paciencia, no le prestes demasiada atención insistiendo a cada rato, mas bien obsérvate como padre pues muchas de las actitudes adultas son las que a veces provocan este tipo de reacciones en los pequeños, la crítica, la autoridad inflexible, el castigo “por ser malo”, son fuertes influencias para fijar este hábito.

Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 28/01/2020

Acerca del autor
  • Laura G. Garmendia

    Articulista, conferenciante y reconocida experta en todo lo referente a remedios naturales, terapias alternativas y cómo llevar una vida saludable en plenitud. En Salud Natural nos ofrece su sabiduría y consejos, a través de los cuales podemos descubrir nuevos planteamientos de vida y formas de enfrentarnos a nuestras enfermedades y padecimientos. En sus artículos encontrarás experiencias, tips y consejos que te ayudarán en tu vida diaria. Este es su Linkedin.