Los restantes 19 remedios florales de Bach (I)

Publicado: 21/02/2013 - Actualizado: 08/12/2019

Después de los 12 curadores y de los 7 ayudantes, Bach siguió con su labor hasta encontrar los últimos 19 remedios.

De ellos escribió: “Estos nuevos remedios actúan en un plano diferente a los antiguos. Son más espiritualizados y nos ayudan a desarrollar ese gran Yo en el interior de todos nosotros que tiene el poder de superar todos los temores, todas las dificultades, todas las preocupaciones, todos los males”.

Cherry Plum (Cerasífera). La mente de éstas personas ha sido sometida a una tensión exagerada en la que la angustia, la tortura mental o física y la desesperación han sido una constante.  Es consciente de que no va a poder resistir esta situación por mucho más tiempo y tiene miedo de perder el control en cualquier momento, agrediéndose a sí mismo o incluso pensando en el suicidio.

Elm (Olmo blanco).  Para personas generalmente dotadas de una capacidad y sabiduría superior a la media. Pero es precisamente el exceso de responsabilidad que tienen y que asumen lo que les lleva en ocasiones a sentirse abrumados por la obligación que han contraído y son asaltados por la duda y el abatimiento, la depresión o el cansancio.  Súbitamente se sienten agotados e incapaces.

Pine (Pino silvestre). Lo más notorio de las personas que necesitan éste remedio es el sentimiento de culpa.  Esta culpabilidad puede tener origen en alguna situación reciente pasada o incluso inconsciente.  Ante la menor contrariedad se recriminan el que deberían haberlo hecho mejor. El auto reproche es una constante de esta persona.

Larch (Alerce). Para personas que carecen de confianza en sí mismos. Tienen un sentimiento real de inferioridad que les lleva a anticiparse al fracaso.  No es que fracase, sencillamente no lo intenta. La persona no se desarrolla, se empobrece y sobreviene el desaliento y la melancolía. No son proclives a exteriorizar su complejo de inferioridad.

Willow (Sauce). En el estado negativo, la persona proyecta hacia afuera sus decepciones, su rencor, su resentimiento. No está satisfecho del balance de su vida y culpa de su infortunio a los demás, a una determinada persona, al destino, a Dios, o en todo caso a una fuerza sobrenatural que actúa sobre ellos condenándoles a una existencia infeliz. Se considera una víctima del «perverso destino«.

Aspen (Álamo temblón). Para personas que viven con angustia y miedo y, sobre todo, sensación de que va a suceder algo terrible que no pueden definir (tienen «malos presagios«).  Esta situación puede manifestarse durante el sueño en forma de pesadillas, diálogos en voz alta…con frecuencia son personas con un miedo-pánico a la oscuridad que no pueden explicarse.

Hornbeam (Hojarazo). La persona bajo este patrón negativo se ve asaltada por sentimientos de duda e incertidumbre acerca de su capacidad para cumplir con sus tareas, se caracteriza por el cansancio, aunque esta fatiga es más mental que física. Sin embargo, cuando se enfrenta a sus obligaciones, logra cumplir sobradamente con ellas. Este cansancio cede inmediatamente cuando en la persona surge el interés por sus actividades, lo que reafirma el papel importante que juega el aburrimiento y la rutina.

Beech (Haya). El estado emocional de esta persona se relaciona con la capacidad de aceptación de lo imperfecto. La persona en estado negativo tiene una clara tendencia a resaltar los errores o defectos de los demás, en detrimento de las virtudes. Esto se traduce en una actitud crítica e intolerante.

Crab apple (Manzano silvestre). Para personas que consideran que su entorno y su interior deben ser inmaculados, tienen un sentido de la higiene a menudo exagerado. Les desagrada todo lo que pueda recordar en ellos la impureza inherente al ser humano y a su entorno en general. Ésto desemboca frecuentemente en un sentimiento de vergüenza, de baja autoestima, que a su vez conduce a la inseguridad.

En el siguiente artículo continuaremos con los 9 últimos.

Sonia Gómez

Terapeuta floral

Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 08/12/2019

Acerca del autor
  • Sonia Gómez

    Terapeuta de Flores de Bach, Quiromasaje, Drenaje linfático y Shiatsu.