Cómo desenfadar a tu hijo. Tips para motivar a los niños

Publicado: 16/08/2010 - Actualizado: 03/04/2020

Motivar a tu hijo y desenfandarlo es importante. Si tu hijo es apático, desanimado y parece que nada lo motiva, lo más seguro es que pueda estar padeciendo algún tipo de depresión. La depresión no sólo es algo que afecta a los adultos, los niños suelen padecerla muy frecuentemente y  podemos notarla cuando el niño esta no sólo desmotivado, sino puede además comportarse de forma rebelde, ser necio o puede estar enfadado o distante la mayor parte del tiempo.

Causas de la desmotivación de los niños

  • Falta de valoración de si mismo o de satisfacción personal.
  • No sentirse importante.
  • Una dieta baja en nutrientes esenciales.
  • Regaños y reproches constantes.
  • Critica constante por parte de los adultos.
  • No tener un apoyo o compañía sólida o constante en su vida (niños que pasan la mayor parte de su tiempo en guarderías o bajo los cuidados de diferentes adultos).

Todos los niños suelen verse muy motivados desde que nacen: lloran, gritan, piden y juegan desde edad temprana a descubrir y sentir el mundo, en sus ojos se reflejan unas ganas de descubrir y entender.

Sin embargo, hay varias situaciones que pueden menguar este entusiasmo natural conforme van creciendo los  pequeños.

Un niño que se empieza a comportar desanimado, distante y asocial o con enfado, tan solo refleja aspectos de su medio ambiente que necesitan ser considerados. La educación y el medio ambiente familiar son factores importantes que influyen de forma poderosa en estas conductas y que podemos utilizar para motivar (1).

¿Qué hacer para motivar a un hijo?

• Observa si en su dieta se están cubriendo las necesidades nutricionales básicas.

• Procura no dejar a tu niño bajo el cuidado de distintas personas. Si no puedes cuidarlo durante el día, lo mejor es apoyarse en la familia, con algún tío, abuelo, etc.

• Evita premiar cuando juegues con el o quieras que haga algo. La mejor recompensa debe ser la satisfacción propia. Luego, puedes invitarle algo que le guste, peor no en tono de recompensa.

• Observa si su capacidad de descubrir y aprender no esta siendo negada constantemente: muchos adultos suelen regañar al niño imponiéndoles conductas que limitan la acción natural del pequeño por descubrir el mundo. Las palabras como “Deja ahí”, “No hagas eso”, “No juegues con la tierra o el agua”, “No toques”, “No sabes” , etc., son órdenes  terribles para los pequeños, pues les limitamos enormemente su personalidad científica, juguetona y descubridora. Si un niño siente constantemente esta frustración, no dudes que poco a poco se volverá rebelde y muy desmotivado para aprender, incluso para jugar lo que puede jugar. No estamos diciendo que debas dejarles hacer todo, pero mucho tiene que ver el tono o la manera en como transmites este mensaje. Quizá el niño no pueda jugar con una vajilla de vidrio, por ejemplo, pero si le explicas porque y le muestras otra opción en lugar de sólo ordenarle, la cosa cambia. Se trata de que le ayudes a descubrir el mundo, no que le prives de él. Para esto, muchas veces lo que hace falta por parte de padres y educadores es tiempo y ganas de que el niño se empape con la s maravillas de este mundo.

• Permítele participar en las tareas del hogar: muchas madres suelen pensar que los pequeños estorban cuando ellas hacen los quehaceres del hogar. Esto provoca muchas veces que los pequeños no tengan nada que hacer y se pongan a inventar travesuras, lo cual enfada a la mamá. Los pequeños pueden gozar enormemente de las tareas del hogar si les solicitamos su ayuda. Para esto, la madre debe romper con los habituales patrones de perfección en cuestiones de orden en el hogar, ya que si intenta que todo quede como ella lo dejaría, entonces la participación del pequeño se puede volver toda una batalla o una actividad no disfrutable pues el niño percibirá el enfado de la mamá. Así pues, se trata de invitarlo y de hacer del quehacer un momento de juego y, sobre todo, de convivencia para lo cual, como en el inciso anterior, se requiere tiempo y disposición de los adultos. Lavar los trastes, barrer, pasar la aspiradora son actividades que pueden resultar atractivas para los niños.

• Solicita su ayuda: pedirles una ayuda honesta a los pequeños cuando en verdad la necesitemos es ayudarles a sentirse importantes y valiosos. Si mejoran el concepto de sí mismos mejorará también su motivación académica y su estado anímico (2).

• Planea juegos sorpresa de vez en cuando. Por ejemplo, invítalo un anoche a buscar insectos con linternas en el parque, dile que busque algo que has escondido en casa, inventen un cuento, empieza tu y que siga el, y vayan inventando una historia. El juego es un gran agente de motivación para los niños (3).

Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 03/04/2020

Acerca del autor
  • Laura G. Garmendia

    Articulista, conferenciante y reconocida experta en todo lo referente a remedios naturales, terapias alternativas y cómo llevar una vida saludable en plenitud. En Salud Natural nos ofrece su sabiduría y consejos, a través de los cuales podemos descubrir nuevos planteamientos de vida y formas de enfrentarnos a nuestras enfermedades y padecimientos. En sus artículos encontrarás experiencias, tips y consejos que te ayudarán en tu vida diaria. Este es su Linkedin.