Publicado: 02/10/2012 - Actualizado: 01/07/2020
Autor: Sally M. Aiquipa
¿Se puede prevenir la hipertensión? Es la pregunta del millón y de seguro todas las personas que lo padecen, se han cuestionado esto en algún momento de su vida. ¿La razón? Porque al recibir su diagnóstico oyeron bien claro decir al médico que tener presión alta es una afección hereditaria y genética.
Si bien este enunciado es cierto. Los factores medio ambientales son esenciales y determinantes para desencadenarla o incluso detenerla. Por ello es muy importante cambiar nuestros hábitos y estilos de vida a fin de prevenirla.
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Recomendaciones para prevenir la Hipertensión
Si tenemos antecedentes familiares de hipertensión debemos seguir las siguientes recomendaciones: primero establecer una dieta alimenticia lo más saludable posible, donde primen las ensaladas y las frutas. Segundo, evitar el sobrepeso, esto implica realizar algún tipo de ejercicio o deporte. Esta recomendación tiene que ver también con evitar el sedentarismo y hacer ejercicio regularmente (1).
Del mismo modo es vital que no hagamos estrés, ni tengamos tensiones. Es difícil, seguramente, porque la mayoría de personas vivimos un ritmo de vida bastante ajetreado, en el trabajo, en casa y en los estudios y las preocupaciones nunca faltan. Sin embargo, debemos buscar la manera de relajarnos y desfogar las tensiones diarias. Alternativas hay varias, respiración relajada, leer algún libro, cantar, oír música, hacer yoga, bailar, busquemos alguna que se adecúe más a nuestra personalidad.
1. Medirnos la presión
Si somos personas con riesgo de hipertensión, sería bueno que nos midamos la presión arterial siquiera una vez por semana, esto cambia si somos hipertensos, en ese caso la recomendación varía en hacerlo diariamente, más que una obligación es responsabilidad de cada uno manejar adecuadamente esta enfermedad que puede llegar a complicaciones mayores.
2. Evitar la sal
Como advertimos al inicio, la hipertensión arterial es una enfermedad muy ligada a nuestros hábitos alimenticios, por lo que si corregimos la dieta, podemos llegar a controlar la hipertensión. Una forma es evitando el consumo de sal. Trata de no ingerir sal, sino puedes dejarla absolutamente, redúcela en gran medida.
Cuando hay exceso de sal en el cuerpo, se retienen líquidos y esto hace aumentar la tensión. Mientras haya menos sodio o sal en nuestra dieta, podremos eliminarla más fácilmente a través de la orina. Con ello evitaremos la presión alta (2).
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3. Reemplazo de sal
Podemos suplir la sal, con el uso de hierbas aromáticas, son muy recomendados en ese caso la albahaca, el tomillo, comino, laurel, orégano, perejil y especias como la pimienta, pimiento o el azafrán. Incluso se aconsejan el vinagre de manzana o vino y aceite de oliva. Tal vez no se compare al sabor de la sal, pero por nuestra salud, es mejor hacer el intento y acostumbrarnos a ello.
4. No comer grasas
Cuando hablamos de comer saludable nos referimos a eliminar las grasas saturadas y librarnos al mismo tiempo del colesterol que sumado a la hipertensión sería una combinación muy peligrosa, detonante incluso para un derrame cerebral, sin querer ser alarmistas, ésta es una realidad.
Prefiere carnes magras: pollo, pavo (ambos sin piel), conejos, ternera, buey, etc. Mejor si se cocinan al vapor, plancha, hervidas o. No fritas. Asimismo evitarse las carnes enlatadas y embutidos.
5. No fumar
Fumar no contribuye en nada positivo a nuestra salud, así como daña nuestros pulmones y eleva el riesgo a contraer algún tipo de cáncer en las vías respiratorias y zonas como la boca y la garganta, también aumenta la presión sanguínea, al mismo tiempo fumar puede ocasionar daño a las arterias.
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6. Alimentos para prevenir la hipertensión
Toma nota, los alimentos recomendados para prevenir la hipertensión, son las legumbres, los frutos secos, el pescado fresco, y las frutas y verduras (2).
Recuerda que…
Si no nos cuidamos y hacemos caso omiso a las recomendaciones hechas por los médicos, especialistas, nuestra familia y gente que nos ama, las consecuencias pueden ser muy dañinas.
Entre ellas están:
- Enfermedades al corazón
- Infartos cerebrales
- Daños oculares
- Aneurismas
- Angina de pecho
- Daños en los pulmones y riñones
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 01/07/2020
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