Publicado: 17/07/2017 - Actualizado: 11/03/2019
Autor: Miriam Reyes
Los esguinces consisten en la torcedura de una articulación que puede involucrar la rotura o desgarre de un ligamento o bien, varios ligamentos en la zona afectada. Se trata de una lesión dolorosa que por lo regular es resultado de un movimiento antinatural, golpe o caída.
Los esguinces más comunes suelen ocurrir en el tobillo, pero también en las muñecas, el cuello (vertebras cervicales) e incluso en los dedos (1).
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Síntomas del esguince y desgarros
Cuando hay una lesión como el esguince, el síntoma más evidente es el dolor de la articulación, pero pueden presentarse otros síntomas como inflamación, moretones, rigidez en la articulación, y calor en el área afectada resultado de la circulación y sangre.
Los desgarros son lesiones que ocurren en el músculo o tendón y a menudo son resultado de un tirón. Los desgarros generalmente son dolorosos y al igual que en el esguince se acompaña de hinchazón, aunque también pueden haber calambres musculares, contracciones musculares en el área adolorida y problemas para realizar movimientos (2).
Tipos de Esguinces
Las lesiones conocidas como esguinces se clasifican según su gravedad, por lo que pueden distinguirse tres grados (3).
- Esguince grado 1 (leve) : Hay una lesión menor de los ligamentos, pero no hay rotura, normalmente se permite la movilidad de la articulación.
- Esguince grado 2 (moderado): Existe rotura leve o total de los ligamentos de la articulación y presencia de fuerte dolor, dificultad para mover la articulación, rigidez.
- Esguince grado 3 (grave): Desprendimiento de los ligamentos del hueso puede dar a lugar a una luxación. El esguince grado 3 a menudo se trata por medio de cirugía para reparar el ligamento dañado.
Recomendaciones ante un esguince o desgarro
Muchas veces tras una lesión de este tipo no sabemos como reaccionar o que hacer para evitar lastimar más la zona afectada. Las siguientes recomendaciones suelen aplicarse tanto en esguinces como desgarros (4).
Aplicar frío: Se recomienda aplicar hielo en la articulación, envolviéndolo con ayuda de una toalla para evitar el contacto directo con la piel.
Asegurar la articulación: Puede ser conveniente vendar la articulación con firmeza, evitando hacerlo con demasiada fuerza.
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Elevación: Para reducir la inflamación, es recomendable elevar la articulación afectada ya que esto facilita el retorno venoso.
Aliviar el dolor: Los desinflamatorios y analgésicos pueden ser requeridos para calmar el dolor de la lesión, es recomendable consultar a un experto.
Rehabilitación: Es necesario realizar algunos ejercicios para rehabilitar la articulación una vez que la articulación sea tratada, es decir, cuando la inflamación y el dolor han sido tratados, por lo regular, los ejercicios deben ser recomendados por un especialista.
Remedios para esguinces y desgarros
Algunas veces es posible aliviar la lesión y el dolor con el uso de algunos remedios naturales que pueden contribuir a reducir los síntomas.
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Arcilla: Un buen aliado contra el dolor en articulaciones y la inflamación, es la arcilla, un producto natural que ayuda a calmar el dolor, se recomienda aplicar un emplaste de arcilla verde hecho con una infusión de manzanilla, y aplicar sobre el área, dejando actuar durante una hora (5)
Acupuntura: La aplicación de agujas para calmar dolores musculares y en este caso, los relacionados con el esguince o desgarro, es una excelente alternativa natural que promueve la recuperación, pero debe ser aplicada por un experto (6).
Elevar el pie: En caso de haber sufrido la lesión en el tobillo, como el esguince de tobillo, es aconsejable elevar nuestra pierna. Es posible, colocar una almohada bajo nuestro pie afectado y dormir en dicha posición durante la noche, este acto, ayuda a mejorar el retorno venoso y reduce la inflamación alrededor de la articulación (4).
Omega 3: Los ácidos grasos omega 3 ayudan a reducir la inflamación, pero además, según investigaciones, se sugiere que son útiles para promover la curación de los ligamentos, por lo que podría ser útil incluirlos en nuestra dieta. Alimentos ricos en omega 3 son el pescado, especialmente los pescados azules tales como el atún, las sardinas, arenque y truchas, por otro lado, las semillas como las nueces, y la linaza (7).
Termoterapia: Si bien, aplicar frío es recomendable durante las primeras horas que se sufre la lesión, aplicar el calor también puede ayudar. Las compresas calientes pueden ayudar a estimular el flujo sanguíneo y por lo tanto promover la eliminación de desechos y la sanación de la lesión (4).
Aromaterapia: Algunos aceites esenciales pueden ayudarnos a calmar el dolor, los más recomendados suelen ser el aceite de pimienta negra, mejorana y romero. Para su aplicación, se añaden un par de gotas de aceite esencial en una base de aceite, como aceite de oliva y después con ayuda de nuestros dedos y un suave masaje (8).
Acude a un especialista
Es posible mejorar la condición de este tipo de lesiones siguiendo algunas de las recomendaciones expuestas en el artículo, sin embargo, siempre es recomendable contar con la opinión de un experto para evitar una incorrecta recuperación o lastimadura.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 11/03/2019
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