Publicado: 30/05/2016 - Actualizado: 14/02/2019
Autor: Miriam Reyes
Para la mayoría de las personas, los sonidos habituales como los que hacemos al masticar, los de los cubiertos, o ese ruido de golpear el bolígrafo, pasan desapercibidos… Sin embargo hay un grupo de personas a los que estos sonidos puede ponerlos irritables hasta el punto de experimentar rabia, dichas personas padecen un trastorno conocido como misofonia.
El término misofonia fue acuñado en el año 1991, por Pawel y Margaret Jastreboff, dos investigadores que pudieron identificar esta enfermedad y la definieron como la aversión a los sonidos cotidianos.
A pesar de que esta enfermedad fuese descrita en la década de los 90’s no fue sino hasta 2010 que se considerara realmente una enfermedad.
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Describiendo la misofonia y diferencias con la hiperacusia
Se estima que alrededor del 17% de la población general sufre de misofonia, si bien se trata de una afección descrita recientemente, se han podido identificar claros síntomas.
La misofonia y la hiperacusia pueden compartir similitudes, aunque no son lo mismo. En la hiperacusia la persona presenta irritabilidad e incluso dolor, ya que la percepción del sonido suele ser mayor a la normal, mientras que en el caso de la misofonia, las personas encuentran malestar en sonidos cotidianos, tales como los que genera alguien al masticar una goma de mascar o chupar un caramelo.
Una de las características de la misofonia es que el individuo coincide en los ruidos que le genera aversión, mientras que otros ruidos como el que hace un ventilador, o el del mar, suelen no ocasionar problema alguno.
Se menciona que la misofonia puede iniciar durante la infancia o bien la adolescencia, y los primeros síntomas pueden aparecer de forma esporádica, y leves, siendo una ligera molestia, pero a medida que progresa puede incluso desencadenar violencia por parte de la persona que sufre la misofonia hacia quien genera el sonido.
Causas de la misofonia
Aunque puede confundirse con una fobia, los expertos creen que su origen es más bien neurológico y no psicológico.
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Actualmente no se ha identificado una causa específica de la misofonia, no obstante, se cree quer ocurre de forma similar al tinnitus, un trastorno auditivo en el que las personas perciben sonidos inexistentes.
Síntomas
La misofonia puede iniciar con la incomodidad o reacción anormal a algún sonido específico, no obstante, esta enfermedad progresa en la mayoría de los casos, pasando de incomodidad a irritabilidad y posteriormente a rabia, además, otros sonidos pueden sumarse a la lista de intolerancia de la persona que sufre de misofonia.
La vida social también puede verse afectada pues las personas con misofonia en ocasiones se aíslan, evitan comer en compañía.
Niveles de la Misofonia
Actualmente se han identificado algunos niveles de esta enfermedad, que pueden catalogarse gracias a la intensidad en la reacción del individuo que la padece.
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Nivel 1: El individuo se percata del sonido y de su origen pero no experimenta ansiedad ni tampoco una respuesta negativa.
Nivel 2: Se es consciente del ruido y además, el individuo presenta malestar o incomodidad, puede existir una molestia o irritación ante el sonido pero de forma mínima pero no existe pánico, ni violencia.
Nivel 3: El individuo se siente irritable ante los sonidos que le provocan incomodidad y se encuentra alerta sobre posibles sonidos.
Nivel 4: Demuestra menos tolerancia a los sonidos que le incomodan, pidiendo que dejen de hacer ruido o bien, cubriéndose o alejándose discretamente de los sonidos.
Nivel 5: Su disgusto o rechazo por ciertos sonidos es más evidente, llega a cubrirse los oídos y se muestra irritado.
Nivel 6: El individuo huye de los sonidos, comienza a experimentar pánico y malestar considerable, volviéndose intolerante a los sonidos que le perturban.
Nivel 7: Existe un malestar psíquico considerable y el individuo puede experimentar experimentación sexual espontánea como respuesta a su molestia. La molestia ya no se limita a la presencia del sonido, pues ahora suelen recordar constantemente el ruido que les incomoda por tiempo prolongado.
Nivel 8: Aparecen ideas de violencia en contra del origen del sonido.
Nivel 9: El individuo siente furia o terror ante el sonido, pero puede contenerse de atacar físicamente a la persona que produce el sonido, ocasionalmente desquitan su miedo o furia con un objeto inanimado.
Nivel 10: Existe una respuesta de violencia física contra otra persona o incluso contra un animal, él individuo también puede optar por hacerse daño.
Tratamiento de la misofonia
Actualmente no hay un tratamiento específico para la misofonia, sin embargo, una de las estrategias útiles consiste en colocar un ruido de fondo para cubrir los sonidos que causan repulsión.
En ocasiones el sonido de la música o de un ventilador puede ser suficiente para enmascarar estos sonidos molestos pero cotidianos, aunque en algunos casos, las personas con misofonia pueden requerir de un sonido muy fuerte para evitar escuchar aquello que les es molesto.
Otra estrategia es la de emplear tapones para cubrir los oídos en los momentos necesarios, aunque de esta forma la convivencia puede verse afectada. También son útiles, si la persona entra en un episodio de rabia o irritabilida, las flores de bach para calmar la rabia.
Por último, es posible que las técnicas de relajación o la terapia con profesional nos ayuden a cambiar la forma en que reaccionamos ante estos sonidos.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 14/02/2019
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