Publicado: 27/03/2016 - Actualizado: 10/10/2018
Autor: Miriam Reyes
La luz artificial sin duda nos facilita muchas cosas y actividades hoy en día, pero… ¿es buena para la salud? Hoy en día estamos tan acostumbrados a las fuentes de luz artificial que ni siquiera consideramos que pueda perjudicarnos en cualquier aspecto de nuestra vida.
Aunque nuestros antepasados no contaban con fuentes de luz durante la noche salvo por las estrellas y la luna, con el descubrimiento del fuego, lograron combatir la oscuridad y posteriormente recurrieron al uso velas para alumbrarse durante la noche. Hoy en día, y desde hace cientos de años, es muy sencillo deshacernos de la oscuridad durante la noche. Solo basta con encender la luz, y toda la noche puede volverse el día si así lo deseamos.
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Luz artificial, características y tipos
La luz natural es aquella que proviene del sol, fuente de energía y también fuente de vida en nuestro planeta.
La luz artificial, por su parte, es la que proviene de velas, bombillas, tubos de luz fluorescente, entre otros.
La luz combustible, es irregular, tiende a parpadear y normalmente se emplea sólo con fines decorativos en la actualidad. Es, por ejemplo, la luz proveniente de lámparas de petróleo, mecheros, chimenea y velas.
Por otro lado, también podemos distinguir entre luz cálida y luz blanca. La luz cálida es aquella cuya iluminación brinda un tono más amarillento, tales como la bombilla común y las velas. Por otro lado, la luz blanca, es pálida y puede ser la recomendable para hacer tareas manuales durante la noche, pues cansa menos la vista.
Consecuencias y riesgos para la salud de la luz artificial
La luz artificial es algo muy cotidiano en nuestras vidas, sin embargo, debemos ser conscientes que este tipo de luz no tiene la misma calidad que la luz natural, y puede afectar negativamente nuestra vida.
La exposición a fuentes de luz como la natural y artificial pueden alterar nuestras hormonas, afectando la producción de melanina, y según estudios, estas alteraciones se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, tales como el cáncer de mama.
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Uno de los efectos más notorios y comunes de la luz artificial en nuestro organismo, es sin duda el insomnio o alteraciones del sueño, consecuencia también de las alteraciones en la producción de la melanina.Por otro lado, existe preocupación sobre el efecto que la exposición a luz artificial podría llegar a tener en nuestra piel y ojos.
Luz artificial y sus posibles efectos
La luz artificial genera tanto luz visible como radiaciones ultravioletas e infrarrojos, no obstante, hoy en día, los diversos tipos de luz pueden emitir distintas cantidades de estas radiaciones de forma que podrían ser motivo de preocupación.
Las lámparas tipo LED, son de menor consumo, pero también se dice que existe la posibilidad de que a la larga, afecten nuestra salud.
Las personas fotosensibles pueden ver la salud de su vista y su piel afectada por la exposición a estas fuentes de luz, sin embargo, actualmente se considera que el riesgo de sufrir daños en la piel o en lesiones oculares por la exposición a estas fuentes de luz artificial, es menor.
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Existen lámparas de mayor riesgo para nuestra piel y vista, pero son empleadas con precaución y fines más específicos, tales como iluminación de estadios, pistas, o eventos, este tipo de lámparas suelen emitir mayor radiación y pueden llegar a causar lesiones y quemaduras en la piel, no obstante, su uso no es habitual ni tampoco es a corta distancia, por lo que no se consideran un riesgo potencial.
Luz artificial, y seguridad
La seguridad de los diferentes tipos de luz artificiales ha sido discutida especialmente en los últimos años, debido a que las pruebas realizadas, sólo se realizan por cortos periodos de tiempo, y se cree que esto no puede reflejar los efectos a largos plazos, por lo que se discute la posibilidad de riesgo.
No obstante, las fuentes de luz artificial también son expuestas a otro tipo de pruebas de seguridad, se mide la radiación que emiten, y se ha llegado a la conclusión que la exposición a estas fuentes de luz, no es suficiente para llegar a afectar nuestra piel o vista.
Recomendaciones ante la exposición prolongada a luz artificial
Si bien la exposición a fuentes de luz artificial no es riesgosa, si eres una persona con piel sensible, es recomendable evitar permanecer a menos de 20 centímetros de distancia de alguno de este tipo de lámparas.
En general, es aconsejable limitar nuestra exposición a este tipo de luces, incluyendo las de dispositivos electrónicos especialmente durante la noche, pues alteran la producción de hormonas como la melanina, aumentando nuestro riesgo de padecer ciertas enfermedades, o incluso afectar nuestro ritmo de vida al alterar nuestros hábitos de sueño.
Al estar durante mucho tiempo frente a un monitor se aconseja utilizar lágrimas artificiales, y descansar nuestra vista alrededor de 5 minutos entre cada hora de trabajo para evitar la fatiga.
La luz cálida puede ser ideal para el hogar, pero la luz blanca suele ser más recomendada para realizar trabajos de precisión y manuales, quizás es la más adecuada para oficinas y mesas de trabajo.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 10/10/2018
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