Publicado: 03/04/2014 - Actualizado: 12/10/2018
Autor: Sally M. Aiquipa
El que haya un niño con obesidad es común en nuestros días. La obesidad es actualmente un mal que afecta a más del 10% de la población del mundo; sin distinción de edad, sexo, situación socioeconómica o escolar. Asimismo se presenta en países industrializados, como en países en vías de desarrollo y en países pobres, sin embargo está afectando a los niños de una manera alarmante.
Si tu hijo o hija sufre de obesidad, debes conocer los alimentos que pueden agravar su estado y provocar otras serias enfermedades como la diabetes, el colesterol elevado o afecciones cardíacas.
Contenidos
- Alimentos que no debe comer un niño con obesidad
- 1. Azúcar y comida chatarra
- 2. Las sodas, refrescos, jugos envasados
- 3. Harinas
- 4. Carnes rojas
- 5. Bebidas energizantes
- Otros consejos para mejorar la salud de niños con obesidad
- Comer en familia
- Crea hábitos saludables
- No bajar la autoestima del niño(a)
- Lo que sí puede comer un niño con obesidad
Alimentos que no debe comer un niño con obesidad
1. Azúcar y comida chatarra
El azúcar es uno de los principales enemigos de una persona con problemas de peso y excesivo volumen de grasa, así también para un niño con obesidad. Lo mismo los alimentos grasosos.
En esta lista se encuentran los chocolates, los caramelos, pasteles y otros dulces, además los fritos como las patatas fritas, las salsas como la mayonesa, las hamburguesas y demás comidas rápidas.
Una mejor idea es reemplazar el azúcar por la stevia y preferir el aceite de oliva virgen extra.
2. Las sodas, refrescos, jugos envasados
Demás está decir que a la mayoría de los niños les gustan la gaseosas(sodas), los refrescos y los jugos envasados que contienen muchos preservantes, al igual que azúcar en exceso. Recuerda que un vaso de gaseosa contiene entre 6 a 8 cucharadas de este dulce elemento, dañino para nuestra salud.
3. Harinas
Todo exceso es malo y si tu niño quiere comer todos los días pasteles, pan, pastas, etc. finalmente esto le traerá consecuencias negativas y de seguro un aumento considerable en su peso, el que debe ser controlado.
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4. Carnes rojas
Debido a su alto contenido de grasas saturadas, este alimento debe ser restringido de la dieta de un niño con obesidad. Lo aconsejable es que consuma pescado y pollo sin grasas, magro.
5. Bebidas energizantes
Las bebidas energéticas, son estimulantes utilizadas para proveer alto nivel de energía proveniente de los hidratos de carbono al cuerpo y son utilizadas para mantenerte despierto y activo como para desarrollar competencias deportivas, escolares, largas jornadas de estudio o demandantes trabajos. Su composición es similar a la gaseosa, sin embargo además del azúcar en exceso y el agua carbonatada, éstas contienen cafeína, vitaminas – en algunos casos además de taurina, inositol y minerales, entre otros componentes.
Debido a sus altos niveles de carbohidratos, puede conducir a altos niveles de glicemia en la sangre o diabetes a las personas que sufren de obesidad.
Ojo hay que diferenciar estas bebidas de las hidratantes, pues las energizantes no contienen los electrolitos y el sodio necesario para ese fin.
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La clave para ir logrando resultados positivos en la salud de tu hijo, es que toda la familia colabore en este objetivo. Para ello es necesario que se promueva el hábito de comer en familia y que todos se alimenten saludablemente. De nada vale que al niño se le obligue comer ensaladas y frutas si los hermanos y los padres comen fritos y comidas grasosas, en la misma mesa.
Otros consejos para mejorar la salud de niños con obesidad
Comer en familia
En ese sentido no se le debe obligar al niño a comer lo que no quiere, sino incentivar a que él mismo se conciencie con el ejemplo de la familia.
Está en los padres inculcar a sus hijos que no todo lo que muestran los medios televisivos es recomendable, se le debe explicar las consecuencias que acarrea una mala alimentación.
Crea hábitos saludables
Hay que preparar los jugos o refrescos con miel de abeja desde la infancia y acostumbrar al niño desde pequeño a darle las cosas con poca azúcar o usar cero azúcar cuando no sea necesario, es decir, no agregar azúcar a la fruta o al cereal cuando estos ya contienen este es quizá el regalo más importante para su bienestar.
Si el niño ya es mayor y está acostumbrado al azúcar, entonces habría que ir reduciéndola poco a poco de su dieta. Es decir, si antes se le ponían dos cucharadas de azúcar a su licuado, ahora será una y media, y luego una. Si pide azúcar para el cereal o la fruta, ponerle cada vez menos y probar con miel poco a poco. Si es un joven, se puede ya hablar más abiertamente de las consecuencias tan terribles que el azúcar blanca provoca, entre ellas, el problema de obesidad, de modo que el vaya haciéndose responsable y consciente de lo que está consumiendo.
No bajar la autoestima del niño(a)
Es importante crear en ellos cariño y respeto por su cuerpo, quien transmite estas enseñanzas tiene que ser claro y directo, pero no por ello severo, castigador y de maltrato al menor.
Debemos enseñarles con la práctica, demostrando que en casa se cuida la salud para que ellos tengan una vida sana, sin mayores complicaciones.
Lo que sí puede comer un niño con obesidad
Los niños están en la etapa de desarrollo y crecimiento, por lo que su alimentación debe ser fundamentalmente nutritiva y debe contener:
- Lácteos: Los que proporcionan calcio para fortalecer los huesos y dientes de los niños, aconsejable consumirlos descremados para evitar el sobrepeso.
- Proteínas: Son ricos en hierro que previenen la anemia y nos proporcionan buenas cantidades energía. Los encontramos en alimentos como legumbres (lentejas, porotos y arvejas) y, en menor cantidad, en huevos, carnes rojas y blancas.
- Frutas y verduras: Recomendable comerlas de diferentes colores porque nos proporcionan variadas vitaminas. En ellas encontramos altas proporciones de fibras, vitaminas y minerales las cuales mantienen saludables a nuestros hijos, fortaleciendo su sistema inmunológico fuerte con un sistema digestivo sano.
- Cereales: También son una fuente rica en fibra. En cantidades moderadas, mantiene activo el intestino de los pequeños.
- Aceites y grasas saludables: Crear el hábito de consumir grasas «buenas» generará en los niños un fuerte sistema cardiovascular, que les permitirá crecer y aprender de la mejor manera. Los encontramos en el aceite de oliva, canela, maíz.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 12/10/2018
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