Inseguridad y necesidad de aprobación

¿Sientes a menudo que no se te reconoce? ¿Piensas mucho las cosas y te cuesta tomar decisiones? ¿Dices cosas que no quieres ni sientes? ¿Te sientes ofendido cuando alguien te da su opinión o punto de vista? ¿Cuando haces o dices algo, estás pendiente de la reacción del otro? ¿Estás a cada rato esperando a ver “si le gustó o no”? Entonces lo más seguro es que necesites desarrollar más seguridad en ti, porque tu mundo gira la mayor parte del tiempo en torno a la aprobación ajena.

¿Por qué siento la necesidad de aprobación?

Desde que éramos pequeños, sentirnos aprobados era un factor fundamental para desarrollar nuestra seguridad. Sin embargo, la aprobación que necesitábamos no era aquella que perdona fácilmente ni que es permisiva, ambigua o fácil, sino necesitábamos de una aprobación que nos diera seguridad, la cual se desarrolla con la firmeza de carácter por parte del adulto que educa. Un padre que aprueba todo no puede transmitir ni desarrollar ninguna fuerza en el carácter del niño. Un padre que es firme, no duro ni autoritario, sino firme en convicciones, puede establecer límites que den confianza al niño.

La actitud firme es la clave para desarrollar seguridad, porque a través de la firmeza podemos despertar la fuerza del carácter, y mostrar cosas con las que no estamos de acuerdo y con las que sí, la firmeza realmente no aprueba ni desaprueba tajantemente, sino que ayuda a valorar, pensar, considerar y aprender a tomar decisiones y expresarse con autenticidad y valor personal.

Alguien autoritario expresa su disgusto o reprobación así: “eso que hiciste estuvo muy mal”, “no debiste…” “eres un grosero, malo, tonto, etc.” “parece que no entiendes”, etc. En el tono de su voz hay ira y reclamo, protesta, orden, etc. El autoritario también puede tomar actitudes de fría indiferencia o realizar miradas o gestos reprobatorios. Ser autoritario, muy crriticón y/o burlón, fomenta la inseguridad.

La firmeza, por otro lado, conduce suavemente, habla sin ira ni critica, no hace sentir menos ni ridículo, valora la experiencia como un acto para aprender, propone diálogos en donde cabe la reflexión, no dirige sino sugiere, no rescata sino invita a crear opciones, en la voz hay un tono amigo, comprensivo, amable y que da paz.

Desarrolla tu seguridad interior

La firmeza es un riel suave, una actitud fundamental para desarrollar seguridad. Si quisieras empezar a desarrollar tu seguridad, tendrías que empezar por ser contigo mismo firme, y no autoritario ni severo. Esto quizá te sea difícil de llevar a cabo contigo mismo porque mientras creciste los que te rodearon pudieron enviarte muchos mensajes de reprobación en forma autoritaria, así que tu aprendiste a hacer lo mismo contigo mismo, si observas cuando te hablas o algo no sale como esperas, entonces sueles tomar actitudes autoritarias para contigo mismo.

Si eres muy inseguro, es muy probable que lo que hayas aprendido muy bien de pequeño es que necesitabas comportarte como no eras ni sentías para obtener la aprobación y el cariño de los demás. Así que es muy posible que ahora te debatas constantemente entre la idea de lo que quieres ser y lo que debes ser. Esto te hace tomar muchas veces actitudes de complacencia que te disgustan y que te hacen querer alejarte de aquellos que a tu parecer no te dejan ser lo que eres.

Una forma para empezar a crear más seguridad en ti y a dejar de depender de la aprobación ajena, es empezar por irte atreviendo a ser tu, y vayas viendo las reacciones que provoca ese “Ser tu” en tu vida. Atrévete a decir lo que quieres, lo que no quieres, lo que te gusta o no, y procura dejar de caer en actitudes que no sientes. Si tienes que tomar una decisión y no sabes exactamente cuál es la mejor alternativa, toma aquella que más trabajo te cueste o más reto te represente, pues esto te ayudara a clarificar tu orientación interior. Cuando la tomes, no juzgues los resultados, aprende de ellos. Es importante que, además, aprendas a respetar tu palabra una vez que has tomado una decisión,  date un tiempo de consideración y luego que hayas dado tu palabra cúmplela y que tu mente divague si eso que decidiste estuvo bien o no, haz lo que has decidido sin titubeo, esto fortalecerá tu seguridad interior, y tu mente se retroalimentara con cualesquiera sean los resultados.

¿Miedo de perder?

Una de las cosas que no te permite este atrevimiento es que muchas veces uno piensa que haciendo esto se perderá el cariño, respeto, confianza o admiración de quienes nos interesan. Sin embargo, debes recordar siempre que es más valioso obtener tu amistad, comprensión y admiración que la de cualquier otro ser humano, si logras sentirte satisfecho y contento con lo que eres, ya no lo necesitaras de los demás, y es justo entonces que lo empezarás a recibir de todos aquellos que te rodean.

Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 13/10/2018

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