Publicado: 22/04/2014 - Actualizado: 10/10/2018
Autor: Sally M. Aiquipa
Sabías que el crecimiento de los niños en un entorno con animales domésticos y la interacción entre ambos presenta importantes beneficios en el desarrollo cognitivo, socioemocional y físico de los pequeños.
Existen cuatro razones fundamentales para asegurar que la convivencia de los infantes con gatos y perros es beneficiosa para su salud.
Por ejemplo, un niño o niña con una mascota en casa tiene sólo un 30% de probabilidad de presentar síntomas de infecciones respiratorias, en tanto que alrededor de la mitad, probablemente no sufrirá de infecciones de oído. Asimismo su sistema inmunológico se verá reforzado y por ello precisarán de menos tratamientos con antibióticos. Del mismo modo los bebés que viven con perros tienen mínimas posibilidades de desarrollar alergias.
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Desde el primer año de vida
El sólo hecho de estar rodeado de un perro que pasa parte de su día al aire libre fortalecería el sistema inmunológico del niño en su primer año de vida. Hay especialistas que señalan además que los niños que conviven con perros y gatos tienen menos probabilidad de desarrollar alergias, que aquellos que no han tenido nunca contacto con animales.
A esto se suma el valor que representa una mascota en los bebes, que empiezan a caminar, especialmente en su desarrollo cognitivo, debido a que éstos disfrutan de los aspectos sensoriales de los animales y aprenden sobre ellos.
Cuidar de los Celos
Eso sí, es importante que si llegada del bebé es posterior a la de la mascota vigilar su conducta, para que el animal no relacione al pequeño con la perdida de privilegios y pueda tener un comportamiento hostil.
Los animales suelen desarrollar celos con lo cual se deben cambiar sus hábitos antes de la llegada del bebé o niño.
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Asimismo se le debe explicar a los niños que una mascota es un ser vivo y requiere de su espacio y tiempo para descansar, sólo así podrán compartir momentos agradables.
Tener espacio suficiente para una mascota en casa
En primer lugar, a la hora de introducir una mascota en casa los padres deben tomar en cuenta aspectos como el espacio y tiempo disponibles para la mascota, la edad de nuestros hijos y la presencia de personas mayores.
En función de dichos factores escogeremos primero el tamaño de la mascota, después el temperamento y finalmente, el animal y raza que reúna las características deseadas por nosotros.
Niños Responsables
Cuando hay una mascota en casa los más pequeños adquieren hábitos de responsabilidad al hacerse partícipe de alguna de las tareas que conlleva su cuidado. Además el aporte es sustancial en los niños en edad preescolar y escolar, se destaca el desarrollo socioemocional, pues hay una mayor intensidad en la relación entre ambos que conduce al desarrollo de la empatía.
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Mascotas vacunadas
Para que la relación entre el niño y la mascota en casa sea totalmente saludable, se debe cumplir con las vacunas al animal. Recuerda que al adquirir una mascota este debe contar con un programa de vacunación y desparasitación interna y externa recomendados por el veterinario. De esta manera se evitará enfermedades que pueden adquirir los niños por contagio de parásitos y hongos. Si se siguen los programas de vacunación y el niño adquiere hábitos de higiene normales como lavarse las manos después de jugar con el perro o gato, no dejando que la mascota se suba encima de la cabecera de la cama, o besándolos en el hocico, entre otras, se reduce enormemente, el riesgo de transmisión de enfermedades.
El entorno familiar
En el momento menos esperado con la llegada de la mascota a casa la familia en conjunto se ve favorecida, pues la mascota aúna a los miembros del hogar y entorno, estableciéndose un espacio de comunicación.
La modalidad de relación que el niño pueda desplegar con su mascota le ayudará a construir lazos basados en el respeto, le crea hábitos y fija límites. Una mascota vehiculiza afectos, sentimientos y reacciones diversas en cada uno de los miembros de la familia.
Hacen volar su imaginación y fantasía
También puede llegar a convertirse en “el guardián” de los secretos y pensamientos privados de los niños. Ellos con frecuencia les hablan al igual que lo hacen con sus peluches. Esto les posibilita desplegar sus fantasías, estimula el intercambio de actividades lúdicas y favorece su socialización y el desarrollo de habilidades motrices.
Promueve el ejercicio
La presencia de una mascota en casa puede ayudar a los padres a organizar actividades divertidas, como ejercicio cotidiano y de paseos para relajar incluso presiones o estrés familiar, en caso que existiera. Así también posibilita abordar diversas temáticas relativas a la vida: la reproducción, el nacimiento, las enfermedades, los accidentes, la muerte y el duelo.
La participación de los padres, la discusión abierta y la planificación son esenciales para que la convivencia con la mascota sea una experiencia enriquecedora para todos.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 10/10/2018
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