Publicado: 10/07/2008 - Actualizado: 01/02/2020
Autor: Laura G. Garmendia
¿A quien no se le antoja acariciar una espalda con la correcta postura, con una piel tersa y bien torneada? Damos atención y mucha preferencia al cutis, el cabello, las piernas y la cintura. ¿Y tu espalda? Con mucha frecuencia “dejamos atrás” los cuidados de esta zona del cuerpo, la cual, como las otras partes del cuerpo, refleja muchas cosas de la persona.
Por ejemplo, si hay muchos granitos en la espalda, esto delata que hay mucha grasa en el cuerpo; si esta reseca que nos faltan grasas vegetales y/o humectación o la debida exfoliación, si se ve flácida o de piel caída hará notar que nos hace falta ejercicio y flexibilidad, y cuando luce huesuda podría hablar de una mala alimentación.
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Si deseas una espalda sana y muy “rica” para lucir escotes, no dejes de seguir estos consejos
• Pasa bien el cepillo de baño por tu espalda: como es un parte que no alcanzamos a ver, es muy probable que se queden partes olvidadas para el cepillo de baño. Así que pon mucha atención cuando te bañes, usa cepillos de mango largo o una tela fibrosa la cual puedas tensar con tus dos manos y pasarla por toda tu espalda, desde tu nuca hasta tus nalgas.
• Cuando te bañes, evita el agua muy caliente, pues la espalda es la que principalmente recibe la constante caída del agua y si esta muy caliente tenderá a resecarse. Lo mejor es sin duda el agua fría, pues estimula la circulación. Pero si no la aguantas, usa el agua lo más templada posible.
• Si la piel de la espalda es grasosa y tienes barritos, procura aplicar agua astringente o simplemente vacía un poco de agua con unas gotas de limón. No enjuagues y no apliques ninguna crema. Por otro lado, evita consumir productos muy grasosos o fritos, así como embutidos. Y consume muchos jugos de verduras frescas para nutrir la piel.
• Exfoliar la piel de la espalda es tan importante como hacerlo con las otras partes de tu cuerpo.
• La espalda debe estar tan limpia como el rostro. Si no tienes un exfoliante a la mano, no importa. Puedes usar azúcar granulada o un poco de avena molida. Cada vez que te bañes, humedece el exfoliante elegido y restriega suavemente por la piel de tu espalda. Si sientes que no alcanzas algunas partes, ayúdate con una toalla fibrosa y pásala suavemente por tu espalda sosteniéndola con tus dos manos.
• Cuida tu dieta: procura consumir alimentos de calidad y bien equilibrados, pues lo que comes se refleja indiscutiblemente en toda tu piel.
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• Masaje: este es un muy buen remedio para aumentar el flujo sanguíneo hacia la piel y los músculos de tu espalda, tu nuca y parte posterior de los hombros, donde se acumula gran parte de la tensión del día; Es recomendable que no dudes de vez en cuando ir con un profesional para que te de un buen masaje. Toma en cuenta que el masaje previene el deterioro y las llagas en la piel de aquellos que deben permanecer en cama.
• Ejercita los músculos de la espalda con la natación, la gimnasia, el baile o el ballet.
Por otro lado, hay que seguir estos consejos ya no sólo de belleza, sino de salud.
- Procura mantenerte con una postura recta, no dobles tu espalda o la enjorobes, pues esto hace que la sangre no circule bien y que tengas excesiva tensión en esta zona.
- Procura usar un buen calzado, cómodo y suave. Evita los tacones y camina en la arena o el pasto.
- Cuando tengas que recoger algo del suelo, no te encorves: dobla las rodillas y agáchate con todo tu cuerpo.
- Duerme en un colchón firme.
- Dale a tu espalda baños de sol y agua frecuentemente. El sol ayuda mucho a fijar vitaminas y minerales en los huesos y la piel.
- Bebe mucha agua, al menos 2 litros cada día. Esto mantendrá hidratada tu piel.
Referencias
- Romero, B. et al., 1998. Salud laboral y fisioterapia preventiva en el dolor de espalda. Revista Iberoamericana de Fisioterapia y Kinesiología, vol. 1 (3), pag. 151-163.
- Santamaría González,V. & Alvarado Delgadillo, A., 2002. Flora cutánea como protección y barrera de la piel normal. Revista del Centro de Dermatología Pascia, vol. 11 (1), pag. 18-21.
- Puerto Caballero, L. & Tejero García, P., 2013. Alimentación y nutrición: repercusión en la salud y belleza de la piel. Nutrición clínica y Dietética Hospitalaria, vol. 33 (2), pag. 56-65.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 01/02/2020
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