Comida procesada, ¿por qué deberías dejarla?

Publicado: 06/06/2014 - Actualizado: 28/10/2018

Si tuviéramos que encontrar una buena razón para comer alimentos procesados, sería difícil dar con una. Pero si tuviéramos que dar razones para no comer alimentos procesados… Bueno, en este caso podríamos no parar de hablar. Y en caso de no comer estos alimentos, ¿qué podemos comer?

Si estás comenzando un viaje para conseguir una alimentación más saludable, no dudes de que los primeros meses van a ser muy difíciles, sobre todo si has seguido durante muchos años una dieta basada en comida procesada. Aquí puedes tener unas cuantas ideas para poder liberar tu cuerpo y tu mente de esos alimentos.

1. Las comidas procesadas hacen que los alimentos simples se compliquen y se vuelvan insanos

Cuándo hablamos de “alimentos procesados”, se hace referencia a aquellos alimentos que no se encuentran en su estado natural cuando los adquirimos. Aquellos alimentos que en su etiqueta cuentan con una lista de dos o más ingredientes, son los considerados “alimentos procesados”.

Por ejemplo, una bolsa de espinacas orgánicas tiene un solo ingrediente, espinacas – nada más ha sido añadido o quitado. Pero ahora, párate a leer las etiquetas de productos envasados que puedas encontrar en el supermercado. Encontrarás millones de ingredientes que son todo, menos naturales.

Entre los muchos pecados del procesamiento de los alimentos, el primero de todos es que haces perder los valores nutritivos de muchos alimentos. Ya que, los buenos nutrientes de un alimento los enturbias con miles de conservantes, emulgentes, espesantes, colorantes, aromatizantes… El interés por vender las “cosas bonitas” ha hecho perder el auténtico valor de la comida: el de nutrir.

2. La comida procesada perjudica a tu cuerpo

Un mayor y alarmante problema es lo que llevan estos alimentos procesados en su interior. Gran parte de estas comidas procesadas están repletas de ingredientes artificiales, cuyos efectos a largo plazo son altamente cuestionables o, incluso, posiblemente cancerígenos. Entre ellos podemos encontrar: Azodicarbonamida (E-927a), ButilhidroxianisolBHA, E-320), Butilhidroxitolueno (BHT, E-321)  y el Aspartamo, por nombrar unos cuantos.

Los aditivos químicos, los colorantes y saborizantes artificiales, los conservantes, las grasas trans… abundan en los alimentos procesados y, el mayor problema, es que no sabemos plenamente el daño que pueden estar provocando a nuestro organismo.

Lo que sí se sabe es que hay una creciente evidencia entre el consumo de alimentos procesados y las altas tasas de obesidad, diabetes, cáncer y problemas cardíacos. Esto ya es una razón de peso para intentar evitarlos a toda costa.

En los alimentos frescos y orgánicos, no hay necesidad de preocuparse por las consecuencias en la salud a medio o largo plazo. Este tipo de alimentos serán tan saludables como la naturaleza los haya hecho, manteniendo todos sus nutrientes y sus propiedades curativas.

3. La comida procesada puede enfermarte o, incluso, matarte

Cuanto mayor sea la transformación, y más pasos “sufra” un alimento para convertirse en un “producto terminado”, el número de nutrientes de ese alimento va a decrecer drásticamente. El alimento acaba, literalmente, machacado, pulverizado, licuado, extruído…

A los productores les importa más obtener beneficios económicos, que mantener los nutrientes en los alimentos. Esto lo logran mediante una producción masiva a un coste muy bajo, alargando la vida útil del producto a costa de llenar ese alimento de conservantes artificiales.

El problema es que, a pesar a pesar de que la industria alimentaria afirma lo contrario, muchos de estos aditivos químicos que se agregan a los alimentos, se han vinculado a numerosos problemas de salud. No resulta muy sugerente, ¿verdad?.

Por otro lado, los alimentos no procesados o mínimamente procesados, son mucho menos propensos a causar daños en nuestro organismo o a hacer que enfermemos. Son alimentos vivos y, como tales, sufren un proceso de degradación más rápido que los alimentos procesados. Comenzarán a marchitarse, a oler, a crear moho… Pero, puedes tener por seguro, que si los consumimos frescos vas a poder beneficiarte de todos sus nutrientes y sin ningún daño para tu salud.

4. La comida procesada ha sido diseñada para crear adicción

¿Puedes hacer en tu casa Doritos, Oreos o Coca-Cola?. Probablemente no, ya que pocos de nosotros podemos poseer la capacidad de un laboratorio o todos los ingredientes químicos que nos harían falta para crear estos productos. Y el no poder hacerlos es lo mejor que nos puede pasar porque… ¿qué hace que esta comida procesada, tan falta de nutrientes y con tanto exceso de aditivos y azúcares, se nos antoje tan apetecible y nos cree esa adicción?.

Esta adicción por la comida procesada genera un claro desequilibrio nutricional. Al no estar adquiriendo con los alimentos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, este demanda más comida. El problema es que nuestra mente está tan engañada con la comida procesada que seguimos añadiendo más comida de este tipo para suplir las carencias que tenemos. De aquí, a la obesidad y a múltiples enfermedades, hay solo un paso.

Por el contrario, con tan solo una pieza de fruta, como una naranja o una porción de arándanos, podemos tener suficiente. ¿Y eso?. Pues porque la fruta da a nuestro organismo una mayor carga de nutrientes, incluyendo fibra, agua y carbohidratos de metabolización lenta, lo que va a hacer que nuestro organismo no sufra de esos antojos que nos provocan los alimentos procesados.

5. ¿Quieres estar gordo? ¡La comida procesada te ayuda!

Tan evolucionados como pensamos que somos, cuando se trata de comida procesada, muchos de nosotros estamos más cerca de los monos de laboratorio de lo que nos gustaría admitir. Golpeándonos de bruces, una y otra vez, con esta comida falta de nutrientes. Una vez que hemos caído presas de estos sustancias adictivas, es muy difícil conseguir salir de este círculo.

La industria alimentaria es una gran comercial. Dedican innumerables recursos para encontrar el “sabor perfecto”, el “gusto perfecto”, el “tacto perfecto”. Crean alimentos que provocan una dependencia física a nuestro cuerpo. Esta dependencia va a hacer que nunca te sientas satisfecho.

La industria alimentaria gana la batalla y tu pierdes todo, excepto el peso.

6. Después de comer en Burger King o McDonald´s nunca dirás “¡Me siento genial!”

La comida procesada te está hablando pero…¿le prestas atención?. ¿Te sientes bien después de un atracón de comida rápida?, ¿y lleno de energía cuándo te comes una pizza?. No lo creo.

El hecho de que muchas personas se sientan letárgicas, con somnolencia o incluso deprimidas después de tomar comida procesada es la manera en la que tu cuerpo te está diciendo que consumir estos alimentos no es una forma ni buena ni sana de comer.

Escucha a tu cuerpo. ¡Es sabio!. El consumo de alimentos vivos o con un procesamiento mínimo, te hará obtener todas las vitaminas, minerales, fitonutrientes, que te harán sentir bien y con energía.

7. Cuando, al menos, el 80% de tu dieta se componga de alimentos vivos podrás mejorar tu salud

Para algunas personas, el pasar por “el mono” es la manera más simple (si se tiene una gran fuerza de voluntad, claro) de liberarnos de la adicción a estos alimentos procesados. Mientras, otras personas prefieren ir lentamente eliminando estos productos de su dieta.

Independientemente de cuál sea tu manera de comenzar el viaje para mejorar tu salud, opta siempre por alimentos orgánicos. No solo te beneficiarás de los nutrientes de los alimentos vivos, sino que evitarás todos aquellos pesticidas a los que son sometidos las frutas y verduras no orgánicas, y los antibióticos y hormonas que suministran a los animales que no se crían en granjas ecológicas.

Deja de lado los alimentos que vienen en cajas, latas y bolsas. Y, cuándo llegues al punto en el que te pares, y veas que, al menos, un 80% de tu alimentación se basa en alimentos vivos…sabrás que estás yendo por buen camino para curar tu organismo.

Referencias

Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 28/10/2018

Acerca del autor
  • Sally M. Aiquipa

    Licenciada en Comunicación. Periodista especializada en medicina natural y terapias complementarias. En Salud Natural nos descubre las propiedades y beneficios de los alimentos y productos que la naturaleza pone a nuestra disposición. Este es su perfil en Linkedin.