Publicado: 22/02/2008 - Actualizado: 13/10/2018
Autor: Laura G. Garmendia
El ruso Kirlian, en el año de 1939, descubrió, mientras trabajaba en un laboratorio electro-terapeutico, lo que ahora llamamos el campo magnético, o más bien conocido como el aura humana. Mientras trabajaba, el ruso comenzó a ver centellas eléctricas sobre la piel de un paciente. Entonces tuvo la genial ocurrencia de fijar sobre una placa fotográfica este experimento.
Fue así como nació la cámara Kirlian, una cámara fotográfica donde puede darse evidencia de que el campo magnético existe alrededor del cuerpo humano., una cámara capaz de fotografiar los colores luminosos que existen alrededor de los seres vivos.
El campo aúrico se comenzó a estudiar, y más tarde se fueron llegando a ciertas conclusiones respecto a los colores que desprendían los cuerpos vivos. En los seres humanos se fueron asociando ciertos colores, ciertas intensidades lumínicas, y ciertas formas, al estado emocional y mental del individuo. Por ejemplo, se ha llegado a concluir que si el aura presenta colores más bien opacos o “manchones” oscuros, es señal de que el individuo presenta algún tipo de bloqueo energético.
Los bloqueos energéticos son energía densa o pesada, que se queda estancada en el campo áurico, así como se queda estancada el agua sucia en el fregadero. Cuando existe un bloqueo, es señal de que hay predisposición a la enfermedad. El bloqueo se entiende como una debilidad emocional o mental. Los grados de opacidad delatan la gravedad del estancamiento energético, de modo que cuando la opacidad es muy severa, el individuo ya ha manifestado la enfermedad a un nivel físico.
En el aura se pueden ver cantidad de cosas a un nivel energético que aún no son manifestadas en el plano físico. Por ejemplo, se pueden detectar depresiones nerviosas, angustias, celos, confusiones, etcétera, que, de no ser resueltas, bloquearan el flujo libre de energía, dando lugar, a la larga, a padecimientos físicos.
Un aura sana es una especie de huevo lumínico que rodea al cuerpo del individuo y que se extiende en luminosidad dependiendo de los grados de armonía y equilibrio que este presente. Al contrario del aura opaca y achatada (que no es amplia ni en forma de huevo sino que se achata a la altura dela cabeza), un aura brillante y luminosa, amplia y en forma de huevo, representa un estado mental y emocional bastante claro y fluido, representa una comprensión y una sensibilidad extraordinarias.
Los colores del aura son variables a cada momento, y dependen de los estados mentales, emocionales y afectivos del individuo. Es por eso que si te toman una fotografía de tu aura, no creas que así es siempre. Esta suele cambiar, y cambia de acuerdo a tus actitudes, tus pensamientos y tus emociones.
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 13/10/2018
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