Publicado: 10/07/2009 - Actualizado: 16/02/2020
Autor: Laura G. Garmendia
Creo que todas las cosas que queremos en la vida son como mariposas: todas pueden ser “pescadas”, todas tienen un momento en el que pasan delante de nosotros y ahí están, revoloteando alrededor, parece que casi son nuestras e incluso se posan en nuestras manos, ¡en nuestras narices! pero de pronto algo pasa, algo hacemos y puf!, la “mariposa” salta, se va, se nos pierde de vista, parece que nunca más podremos tenerla nuevamente. Y esto puede parecer muy triste, cierto, pero hay algo más triste todavía, no ver la mariposa, no verla porque estamos muy ocupados mirando para todos lados, buscando, razonando o resolviendo el enigma de: “¿Dónde estarán las dichosas “mariposas”?

Las mariposas representan el dinero, una bella casa, estabilidad en las relaciones, un buen trabajo, salud, una gran aventura, en fin, lo que sea que queramos. Muchas veces podemos atrapar estas mariposas, pero otras veces no, a veces hay que batallar mucho, y podemos sentir que es imposible; otras simplemente no vemos por donde anda lo que buscamos (1).
Y aunque hay muchas cosas que nos impiden poder atrapar una mariposa y volar con ella, uno de los grandes impedimentos para lograr esto es sin duda la impaciencia. Los expertos saben que, cuando queremos atrapar una mariposa con impaciencia, es casi imposible que lo logremos.
¿Por qué sentimos impaciencia?
Hay muchas cosas que suceden dentro de uno mismo cuando nos sentimos impacientes o actuamos con impulsividad: la falta de seguridad, la falta de madurez emocional y una baja autoestima. Pero sobre todo, la impaciencia se origina en un pensamiento muy hondo dentro de nosotros que se llama: “Me siento solo”.
Sentirse solo significa que no contamos con nuestra propia presencia ya sea moral, intelectual o creativa, como un medio de apoyo y seguridad, no confiamos en lo que somos ni en los talentos que tenemos o que podemos desarrollar, no somos amigos confiables y sinceros de nosotros mismos, y esto es lo que nos hace sentirnos desvalorados, temerosos y ansiosos, y mientras por un lado intentamos apaciguar esta intranquilidad y vacío interior con actitudes apresuradas, poco pensadas y con poca madurez, los de allá afuera y las “mariposas” que queremos, perciben esta fuerte necesidad afectiva, esta intranquilidad, les transmitimos carencia y necesidad aunque no nos demos cuenta, damos bruscos “manotazos” los cuales, más que querer atrapar “mariposas” parecen quererlas espantar. Esta actitud la cual muchas veces no notamos, es sin duda bien percibida por los demás, aunque no nos lo digan.
Ser impaciente
Todos hemos sido impacientes alguna vez ¿Y que hemos obtenido? Resultados pobres, lo que no queremos. Por eso, para conseguir lo que queremos y jugar a atraparle “mariposas” a la vida, es muy importante entender a la impaciencia desde su raíz más honda. Es muy importante empezar por reconocer nuestra intranquilidad, nuestra insatisfacción y sobre todo nuestra necesidad afectiva, la cual puede ser un fuerte obstáculo si no la sabemos entender y dejamos que se nos cuelgue como una piedra en nuestra red “atrapa-mariposas” (2).
-
MAS EN SALUD NATURALMentiras: ¿Son realmente necesarias?
Tener consciencia de nuestras fortalezas y debilidades es un paso enorme para empezar a movernos en el mundo de las mariposas, pero aunado a esto necesitamos algo más que llene nuestro interior: ¿Qué es?
Nuestra voz
Nuestra voz. Sobre todo necesitamos de nuestra propia voz, que sea la forma en como nos hablamos un medio de apoyo, de afectividad y un refugio a nuestros más grandes ideales, que no sea nuestra forma de hablarnos algo en contra, o que nos castigue, reprima y nos haga sentir ridículos constantemente. Nuestra forma de hablarnos debe ser una voz que motive, que nos inspire y lleve con inteligencia hacia donde queramos, que nos apapache y de valor cuando necesitemos.
Las palabras que usamos con nosotros mismos son un medio insuperable para empezar a transformar esa sensación de estar solos en una sensación de impulso y creatividad, la relación amigable y cómplice con nosotros mismos es la que puede sin duda empezar a llenar esa ausencia que sentimos tenemos. Y, al sentirnos más confiados, entonces podremos poco a poco empezar a conseguir las mariposas que queremos, empezaremos a entender algo que se llama tiempo y dejaremos de ponernos en situaciones difíciles o poco dignas, porque empezaremos a notar el tremendo poder transformador que tienen nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos.
-
MAS EN SALUD NATURALHieloterapia: reafirma, reduce y realza tu piel
Todo esto de conseguir lo que uno quiere, como bien sabemos, tiene varios ingredientes e implica muchas cosas, pero si empezamos con estos pequeños, pero enormes detalles, de pronto podremos sentir como poco a poco, podemos alzarnos por encima de la vida (3).
Revisado por: Dra. Loredana Lunadei el 16/02/2020
Acerca del autor